Envejecimiento Activo: ¿Cómo envejecer Mejor?

¿Qué es el envejecimiento activo?

Es el proceso de optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen.

El envejecimiento humano es un fenómeno universal, inevitable e irreversible que se asocia con una pérdida de la función neuromuscular y del rendimiento, en parte relacionadas con la reducción de la fuerza y la potencia muscular, causada por una pérdida de la masa de los músculos esqueléticos (sarcopenia) y los cambios en la arquitectura muscular.

Esta disminución en la fuerza y la potencia muscular, junto con otros factores como el envejecimiento del sistema nervioso sensorial y motor, tiene implicaciones funcionales, tales como disminución en la velocidad al caminar, aumento del riesgo de caídas, y una reducción de la capacidad para llevar a cabo las actividades de la vida diaria (AVD). Todo esto contribuye a una pérdida de la independencia y a una reducción en la calidad de vida de las personas.

El término envejecimiento activo fue acuñado por la OMS a finales de los 90, su objetivo fue ampliar la visión de lo que hasta entonces se conocía como “envejecimiento saludable” 1,, el cual daba un punto de vista demasiado reduccionista ya que, el envejecimiento óptimo no habla solo de salud, sino que engloba condiciones psicosociales de seguridad, y participación y, desde luego, incluye el concepto subjetivo (y psicológico) de bienestar ya que, el envejecimiento activo es un concepto multidimensional.

Por ello debemos detallar el envejecimiento activo en los siguientes componentes:

  • Salud y ajuste físico (poder valerse por sí mismo)
  • Funcionamiento cognitivo
  • Afecto positivo (el bienestar)
  • Participación e implicación social
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Factores de riesgo

Cuando se habla de envejecimiento saludable, muchas veces se repite el mismo enfoque: alimentación equilibrada, ejercicio físico regular y evitar hábitos nocivos como el tabaquismo o el consumo excesivo de alcohol.

Sin embargo, en las últimas dos décadas, la ciencia ha demostrado que el bienestar en la vejez va mucho más allá de eso.

Existen múltiples factores protectores que también influyen directamente en cómo envejecemos, y que muchas veces quedan fuera del discurso más extendido.

¿Cuáles son esos factores?

  • La actividad cognitiva
  • Las relaciones interpersonales
  • El pensamiento positivo y la actitud vital
  • La capacidad para gestionar el estrés
  • La resiliencia ante las dificultades
  • La percepción de control y autoeficacia para envejecer

Todas estas conductas y habilidades se asocian con una mayor longevidad, una mejor salud global y un menor deterioro funcional y mental con el paso del tiempo.

Además, debemos recordar algo fundamental:
La persona no envejece sola, ni en el vacío.
Está inmersa en un contexto social y cultural que influye profundamente en su desarrollo, su bienestar y su forma de afrontar el envejecimiento.

Por eso, envejecer de forma saludable es un proceso compartido: entre la persona, su entorno, las políticas públicas, y los valores que como sociedad decidimos promover.

Ocurre a lo largo del ciclo de la vida.

La forma en la que envejecemos no depende solo de la genética. También está condicionada por factores sociales, económicos y culturales.

Desde las pautas de alimentación en la infancia, hasta el presupuesto destinado a educación, sanidad o promoción de la salud, cada decisión colectiva influye. También lo hacen los sistemas de protección social, los valores que transmite la sociedad y los estereotipos que aún arrastramos sobre la vejez.

Ahora bien, más allá del contexto, cada persona es protagonista de su propio envejecimiento. Tomar decisiones conscientes sobre nuestros hábitos permite reforzar los factores protectores que favorecen una vejez saludable y con mayor autonomía.

Entre todos los factores, uno destaca con claridad: la actividad física. La inactividad es uno de los principales factores de riesgo para numerosas enfermedades crónicas, como las cardiovasculares, la hipertensión, la obesidad, la osteoporosis, la diabetes tipo 2 o incluso los trastornos de salud mental.

La buena noticia es que la práctica regular de actividad física moderada tiene efectos muy positivos en cualquier etapa de la vida, y especialmente en la edad avanzada. No solo ayuda a retrasar el deterioro funcional, sino que también reduce el riesgo de padecer enfermedades crónicas, tanto en personas sanas como en aquellas que ya conviven con alguna patología.

Además, un estilo de vida activo:

  • Mejora el estado de ánimo y la salud mental
  • Favorece las relaciones sociales
  • Ayuda a mantener la independencia funcional
  • Reduce significativamente el riesgo de caídas

Y lo más importante:

La ciencia lo ha dejado claro, en el tratamiento del dolor y las disfunciones crónicas, el ejercicio físico es la única herramienta que ha demostrado resultados efectivos y sostenibles a largo plazo.

¿Qué puedo hacer?

El proceso de envejecimiento no ocurre por casualidad. Según los expertos, alrededor del 25 % está determinado por factores genéticos, mientras que el 75 % depende de nuestros hábitos, el entorno y el estilo de vida.

Esto significa que la calidad de vida en la vejez se construye mucho antes de llegar a ella. Cuanto antes empecemos a cuidarnos, mayores serán las probabilidades de disfrutar de una etapa adulta activa, independiente y saludable.

No existe una edad concreta en la que debamos comenzar a pensar en el envejecimiento activo. En realidad, envejecemos cada día, y en cada uno de esos días tenemos la oportunidad de reducir los factores de riesgo y fortalecer los protectores que cuidan de nuestro cuerpo y de nuestra mente.

Desde INIMA Rehabilitación te animamos a adoptar una vida activa en todos los sentidos:

  • Alimentación variada y equilibrada
  • Ejercicio físico regular, al menos 30 minutos, 5 días a la semana
  • Estimulación cognitiva constante: leer, escribir, hacer cálculos, usar la memoria, imaginar, razonar…
  • Vida social activa que evite el aislamiento y fomente el sentido de pertenencia

Cada pequeña decisión cuenta. Prevenir hoy es vivir mejor mañana.

En Inima rehabilitación te podemos ayudar a organizar un plan para el futuro. Estudiar qué áreas, físicas, sociales o cognitivas, pueden mejorar y solucionar los posibles problemas o déficits físicos y cognitivos para garantizarte un correcto envejecimiento y a un simple clic aquí.

Lo importante no es llenar la vida de años sino, los años, de vida.

Fuentes:

1 Landinez Parra, N. S., Contreras Valencia, K., & Castro Villamil, Á. (2012). Proceso de envejecimiento, ejercicio y fisioterapia. Revista cubana de salud pública, 38, 562-580.

https://www.scielosp.org/article/ssm/content/raw/?resource_ssm_path=/media/assets/rcsp/v38n4/spu08412.pdf

2 Ramos Monteagudo, Ana María, Yordi García, Mirtha, & Miranda Ramos, María de los Ángeles. (2016). El envejecimiento activo: importancia de su promoción para sociedades envejecidas. Revista Archivo Médico de Camagüey, 20(3), 330-337. Recuperado en 10 de febrero de 2022, de http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1025-02552016000300014&lng=es&tlng=es.

 

2 Fernández-Ballesteros, R. (2011). Envejecimiento saludable. In Congreso sobre envejecimiento. La investigación en España (pp. 9-11).

http://envejecimiento.csic.es/documentos/documentos/fernandez-borrador-envejecimiento-01.pdf